Lola Flores – en el cielo

Lola Flores​ ( 21 de enero de 1923 –  16 de mayo de 1995), fue una cantante de copla de gran popularidad, bailaora y actriz española, conocida artísticamente como Lola Flores y apodada La Faraona. Lola Flores nació como María Dolores Flores Ruiz el 21 de enero de 1923 en el número 45 de la calle Sol, del barrio de San Miguel, en Jerez de la Frontera (Cádiz). Era la mayor de los tres hijos del matrimonio formado por Pedro Flores Pinto (1897-1973), natural de la La Palma del Condado (Huelva), y Rosario Ruiz Rodríguez (1901-1989) originaria de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Su hermana Carmen Flores también es cantante y su hermano Manuel, falleció con quince años, de una peritonitis. Aunque profesionalmente cultivó la imagen de flamenca gitana con la que se sentía identificada, Lola reconoció que solo tenía algo de ascendencia calé (gitana) por parte de su abuelo materno, Manuel, que era vendedor ambulante.​ Su padre tenía un bar y su madre trabajaba como costurera. Aprendió baile con María Pantoja y a conocer el flamenco con Sebastián Núñez. Debutó a los dieciséis años de edad con la compañía de Custodia Romero, en el teatro Villamarta de Jerez de la Frontera. Después de varios espectáculos y siendo todavía una niña, partió junto a su familia hacia Sevilla, instalándose en varios puntos, para posteriormente regresar a su Jerez natal, desde donde marchó definitivamente con dirección a Madrid. En 1943, con el amparo del empresario Adolfo Arenaza, emprendió un espectáculo con Manolo Caracol, que entonces era ya un cantaor de prestigio, al que el empresario había contratado por 500 pesetas diarias. A finales de ese año se estrenó en Valencia, Zambra, que con pequeñas variaciones se mantendría varios años con gran éxito. Zambra fue decisivo para la carrera de Lola Flores, un espectáculo muy cuidado en todos sus elementos para el que escogieron a León Quintero y Quiroga, y que tenía su número culminante en La niña de Fuego, y del que salió también La zarzamora, una de las canciones más asociadas a Lola. La colaboración de la pareja, que mantenían una relación más allá de lo profesional, hecho que se veía reflejado sobre los escenarios, fue muy exitosa, lo que les llevó a convertirse en sus propios empresarios. Hicieron juntos también dos películas Embrujo (1947) y La niña de venta (1951). En 1951, se inició la separación artística y sentimental de la pareja, que comenzaron a trabajar por separado. En 1951, la productora española Suevia Films deseaba consolidar un star-system propio del cine español, que tuviera su expansión hacia América. Para ello, su propietario Cesareo González, decidió a finales de 1951 contratar a Lola Flores. Firmó un acuerdo en exclusiva con Lola por dos años y cinco películas, por un importe de seis millones de pesetas; contrato que comprendía: cine, televisión, teatro y también la realización de una gira por América. La rúbrica del contrato, que se llevó a cabo en el Bar Chicote de Madrid delante de las cámaras del NO-DO, supuso un gran evento publicitario. Ese contrato le impuso a Lola un gran ritmo de trabajo con el rodaje de las nuevas películas y sus campañas de promoción. Entre esas películas se encuentran La niña de la venta, con Ramón Torrado, (1951) y ¡Ay pena, penita, pena!, con Miguel Morayta, (1953). El 23 de abril de 1952, partía hacia México junto a su familia,​ donde obtuvo un gran recibimiento. De México fue a La Habana, Río de Janeiro, Ecuador, Buenos Aires y Nueva York. Contrajo matrimonio el 27 de octubre de 1957 en el Real Monasterio de El Escorial, con el guitarrista y compositor gitano Antonio González El Pescaílla (1925-1999)​ constituyendo la cabeza visible de una larga saga de artistas. Sus tres hijos, cantantes los tres: Lolita Flores (Dolores González Flores) (1958), Antonio Flores (Antonio González Flores) (1961-1995) y Rosario Flores (Rosario González Flores) (1963), una de las familias de artistas más famosas en España. Además Lola tía del exfutbolista y entrenador Quique Sánchez Flores (1965), abuela de la actriz Elena Furiase y Guillermo Furiase (hijos de Lolita), la actriz Alba Flores (hija de Antonio) y Lola Orellana y Pedro Antonio Lazaga (hijos de Rosario). Fue la madrina de Carmen Morales, hija de la recordada cantante y actriz Rocío Dúrcal. En marzo de 1987, la Fiscalía presentó una querella contra la artista y su marido por delito fiscal por no haber presentado las declaraciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas entre los años 1982 y 1985, exigiéndosele una fianza de 145 millones de pesetas (871.561€).​ En 1989, la Audiencia Provincial de Madrid decretó su absolución por un vacío legal motivado por una sentencia del Tribunal Constitucional que había anulado parcialmente la Ley del impuesto. Pero tras el recurso de la Fiscalía, fue condenada por el Tribunal Supremo en 1991 como autora de cuatro delitos contra la Hacienda Pública a dos penas de un mes y un día de arresto y otras dos de siete meses de prisión, que no llegó a cumplir de forma efectiva. El proceso tuvo una gran trascendencia social al tratarse de un personaje muy popular y fue utilizado por el Ministerio de Hacienda como caso ejemplarizante en su lucha contra el fraude fiscal. Lola Flores intervino en treinta y ocho películas, su debut se produjo en 1939 en la película Martingala de Fernando Mignoni. Otras de sus películas destacadas de los años cincuenta son Morena Clara (1954, Luis Lucia) versionando el célebre film de 1934, y en compañía de Fernando Fernán Gómez, El duende de Jerez (1953) y María de la O (1958), que supone su primera película con Antonio González «El Pescaílla«. Otras películas recordadas son, según la biografía El volcán y la brisaLa hermana Alegría en 1954, y El balcón de la luna en 1962, La hermana San Sulpicio (1962), nueva versión de la que había rodado Imperio Argentina, y los dramas mexicanos La faraona (1955) y Sueños de oro (1958). Casa Flora (1972, Ramón Fernández) y Una señora estupenda (1972, Julio Coll) son sus dos cintas más salvables en plena época de la comedia española predestape; posteriormente protagonizaría la comedia Juana la loca… de vez en cuando (1983), dando vida a Isabel la católica, Truhanes (1983, Miguel Hermoso). Su última participación en el cine fue en 1992 con Sevillanas, con el director Carlos Saura, en la que compartió reparto junto a algunos de los grandes nombres del flamenco como Camarón de la Isla o Rocío Jurado. De entre su profesión, es muy conocida su amistad con dos artistas folclóricas y actrices cinematográficas, con las que compartió giras musicales por Hispanoamérica:  Carmen Sevilla y Paquita Rico. Al igual que las españolas Sara Montiel, Carmen Sevilla y Amparo Rivelles filmó películas en México cuando dicho país estaba en la época dorada de su cinematografía, actuando al lado de grandes como Jorge Negrete, Pedro Infante, Antonio Badú, Luis Aguilar «El Gallo Giro» o Miguel Aceves Mejía teniendo amistad con personalidades como el reconocido actor Mario Moreno «Cantinflas», Lola Beltrán «La Grande» y con las divas mexicanas Silvia Pinal y «la doña» María Félix o Dolores del Río. Lola participó a lo largo de su vida en diversos programas de televisión cantando, bailando, concursando o siendo entrevistada. No fue hasta la década de los noventa, coincidiendo con el nacimiento de las cadenas privadas de televisión en España, cuando se pone al frente de su primer programa, iniciándose así su faceta como presentadora de televisión que finalizó pronto debido a su fallecimiento. Estos son los programas de televisión que presentó: El tablao de Lola (Telecinco) (1992), Sabor a Lolas (Antena 3 TV) (1992-1993) junto a su hija Lolita Flores, El coraje de vivir (Antena 3 TV) (1994), documental biográfico presentado por ella misma, Ay Lola, Lolita, Lola (TVE) (1995) junto a su hija Lolita Flores. Su último programa en TVE tuvo que suspenderse por el agravamiento de la enfermedad de Lola en la entrega número 9; allí hizo su última aparición cantando en público. Al principio su actuación se iba a realizar de pie, pero Lola tuvo que pedir una silla y apenas movió el brazo derecho porque lo tenía hinchado como secuela del cáncer que padecía. Sus programas se caracterizaban porque sus presentadoras formaban parte del espectáculo bailando y cantando. Toda esta etapa por televisión demostró que no dejó de cantar ni de bailar hasta sus últimos días. Lola Flores nunca hizo ninguna serie de televisión con ella como protagonista, no obstante, uno de sus últimos trabajos que realizó fue El coraje de vivir, serie donde narraba ella misma su propia vida. También destacó su papel en la serie Juncal de 1988. No obstante, estas son algunas de las series a las que acudió como invitada y donde realizó papeles episódicos: Juncal (TVE) (1988) como Merche, Farmacia de Guardia (Antena 3 TV) (1993) como Lola Flores actuando junto a su hija Lolita Flores, Los ladrones van a la oficina (Antena 3 TV) (1994) como la gitana Lola actuando junto a sus hijos Lolita y Antonio. Murió el 16 de mayo de 1995 en su residencia de «El Lerele» en la urbanización madrileña de La Moraleja, situado en el municipio de Alcobendas, a los setenta y dos años de edad a causa de un cáncer de mama que le había sido diagnosticado en 1972. Su capilla ardiente quedó instalada en el Centro Cultural de la Villa (actual Teatro Fernán Gómez) de Madrid, en la plaza de Colón. En un ataúd abierto y amortajada con una mantilla blanca, todos sus admiradores y amigos pudieron pasar a verla. Fue conducida hasta el cementerio de la Almudena, donde sería sepultada.​ Fue uno de los entierros más recordados por la cantidad de gente que acudió; el funeral fue retransmitido en directo por televisión. Quince días después de su muerte, el 31 de mayo de 1995, su hijo Antonio Flores (de treinta y tres años) fue encontrado muerto en la residencia familiar de «El Lerele».



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